Pocos son los Anestesiólogos que logran, en todo el país, el respeto y admiración de sus colegas.

De estos pocos, muy pocos, alcanzaron la estatura del Profesor Dr. Gustavo Adolfo Elena cuyo reciente fallecimiento nos ha entristecido a todos.-

No es un secreto que ha sido el indiscutido referente de nuestra Asociación, a nivel nacional e internacional, en lo atinente al desarrollo docente, perfeccionamiento científico y actualización permanente de la especialidad a punto tal que, por su notable trayectoria, presidió el “24º Congreso Argentino de Anestesiología” celebrado en Rosario en el año 2000 sin perjuicio de su infaltable participación en todos los eventos de ese nivel que se desarrollaron en la Argentina y el mundo.-

Fue el gran impulsor de la Carrera de Posgrado de Especialización en Anestesiología que se dicta en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario desde hace quince años y  lo tuvo como indiscutido Director de la Carrera hasta su jubilación como Docente.-

Se le debe también la creación de la “Fundación Anestesiológica de Rosario” de la que fue Presidente del Consejo de Administración desde el año 1999 hasta ahora impulsando, desde allí, toda la tarea docente y el soporte administrativo de la Carrera de Especialización y promoviendo, además, tareas de investigación, cursos, jornadas y conferencias en beneficios de todos los Médicos Anestesiólogos.-

Todo esto sin olvidar su recta conducta gremial que supo trasmitir a sus alumnos y discípulos desde la docencia que ejerció en la Carrera de Medicina de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNR donde fue distinguido como “Profesor Honorario” de esa Alta Casa de Estudios.-

No se permitió, pese a sus bien ganados logros, abandonar la humildad, el culto a la amistad y el derroche de ética que volcó desde su querida Totoras a toda esta región.-

Fue un Grande en el sentido más profundo de este concepto porque supo brillar en el campo científico, gremial, ético, personal y familiar.-

Y a los Grandes, todos los Anestesiólogos, no podemos despedirlos más que con una sola y gran palabra.

Gracias.-

Gracias repetidas veces por todas y cada una de las enseñanzas y aportes recibidos.-

Realmente Gustavo puede, y debe, descansar en paz porque dejó mucho para muchos.-

 

La Comisión Directiva